CONSTITUCIÓN Y REGLAMENTO GENERAL DE LA IGLESIA PENTECOSTAL BUENAS NUEVAS EN CUBA

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Declaración de Fe

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Nosotros la Iglesia Pentecostal «Buenas Nuevas» en Cuba:

Manifestamos:

Que el propósito de Dios, nuestro Padre Celestial, es alcanzar a las personas de este mundo para salvación en Jesucristo, quienes constituirán el cuerpo: la Iglesia de Cristo Jesús, la cual será edificada y establecida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular.

Que los miembros del cuerpo, la Iglesia, se junten para que unidos adoren, confraternicen y reciban instrucciones de la Palabra de Dios para el trabajo de su ministerio y para el ejercicio de los dones espirituales y los oficios provistos en el Nuevo Testamento.

Que de acuerdo a la Palabra de Dios, los cristianos primitivos se unieron en verdadero compañerismo para representar un cuerpo de creyentes lavados con la sangre de Cristo, llenos del Espíritu Santo para establecer sobre la Iglesia pastores, maestros, diáconos y otros ministerios bíblicos. Por lo tanto:

Proclamamos ser una Asociación de Iglesias, conformada por un grupo de Iglesias unidas, cooperadoras, «solícitas en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; […] hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo». (Efesios 4:3- 13)

Creemos que: Las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento son la Palabra inspirada por Dios,infalible y autoritativa (2 da Timoteo 3:16), presentándonos la completa revelación de su voluntad para la salvación de los hombres y constituyendo la única y divina regla de práctica y fe cristiana.

Creemos que: Hay un solo Dios verdadero y viviente, quien es eterno, infinito en poder, sabiduría y bondad; creador de todas las cosas, visibles e invisibles, y preservador de todo lo que existe (Romanos 1:20, Colosenses 1:16). En esta deidad hay tres personas de una esencia individual, quienes son iguales, coexistentes y coeternos: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo (Mateo 3:16; 28:18, Juan 1:1, Juan 14:26; 10:33, 2da Corintios 13:14, Filipenses 2:6, Hebreos 9:14,)

Creemos: En la deidad del Señor Jesucristo, el hijo es Dios, quien aceptó limitaciones terrenales, siendo verdadero Dios y un verdadero hombre; concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María.

Creemos que: El Señor Jesucristo murió en la cruz del Calvario, el justo por los injustos, como un sacrificio sustitutivo, y todos los que creen en Él son justificados por su sangre derramada en la cruz del calvario.

Creemos que: El Señor Jesucristo resucitó de entre los muertos, de acuerdo a las Escrituras y ahora está sentado a la diestra de la majestad en las alturas como nuestro sumo sacerdote, Él retornará otra vez a establecer su reino de justicia y de juicio.

Creemos que: El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, Dios mismo, el Poder Divino no creado sino creador, capaz de morar en el corazón del hombre. No es una mera influencia benigna, pues participa plenamente de la vida y la autoridad de Dios, por medio de Él Dios se manifiesta frecuentemente. El Espíritu Santo participó en la creación del mundo (Génesis 1:2, Job 26:3; 33:4, Salmos 104:4)

Creemos: En el ministerio actual del Espíritu Santo, que al morar en el cristiano lo capacita para vivir una vida piadosa. (Juan 3:5-8; Hechos 1:8, 4:31; Romanos 8:9; 1 Corintios 2:14; Gálatas 5:16- 18; Efesios 6:12; Colosenses 2:6-10).

Creemos que: El hombre es un ser creado, hecho a la imagen y semejanza de Dios, pero por la trasgresión de Adán, cayó y vino el pecado al mundo (Romanos 3:23).

Creemos que: Todos los hombres en todo lugar, están perdidos y enfrentan el juicio de Dios, que Jesucristo es el único camino para la salvación del hombre perdido y pecador, que el arrepentimiento del pecado y la fe en Jesucristo resulta en la regeneración por el Espíritu Santo. (Lucas 24:46-47; Juan 14:6; Hechos 4:12; Romanos 3:23; 2 Corintios 5:10-11; Efesios 1:7 y 2:8-9; Tito 3:4-7).

Creemos que: La gracia de Dios que trae salvación ha sido manifestada a los hombres por la predicación del arrepentimiento hacia Dios y la fe en el Señor Jesucristo, siendo necesaria la renovación del Espíritu Santo, y siendo justificados por la gracia, por medio de la fe, viene a ser heredero de Dios, según la esperanza de vida eterna (Lucas24:47, Romanos 10:13, Tito 2:11; 3:5- 7)

Creemos que: La Iglesia verdadera, edificada sobre el fundamento que es Cristo Jesús (1ra Corintios 3:11, Efesios 2:20), es el cuerpo de nuestro Señor (Efesios 1:22, Colosenses 1:18), y está constituida terrenalmente por todos aquellos verdaderos creyentes nacidos de nuevo por el Espíritu Santo (Juan 3:6) y de la Palabra de Dios (1ra Pedro 1:23), quienes viven una vida cristiana victoriosa (Efesios 5:27, Apocalipsis 21:27)

Creemos que: Dios, por medio del Espíritu Santo, definitivamente llama a aquellos como Él desea, para servir como apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, y específicamente unge a los que tienen el llamado con los talentos y dones peculiares a dichos oficios (Efesios 4:11-13).

Creemos que: El bautismo en agua por inmersión es un mandamiento directo de nuestro Señor Jesucristo (Mateo 28:19), y es para los creyentes solamente.

Creemos que: El bautismo en el Espíritu Santo y Fuego (Mateo 3:11) es un regalo de Dios, prometido por el Señor Jesucristo a todos los creyentes en esta dispensación, y es recibido subsiguiente al nuevo nacimiento (Juan 14:16-17, Hechos 1:8; 2:4; 10:44-48).

Creemos que: La Santificación es necesaria, progresiva y obra de la gracia; comenzando esta con el nuevo nacimiento y continuando hasta la consumación de la salvación (Juan 17:17, 1ra Corintios 6:11, Efesios 5:26, 1ra Tesalonicenses 5:23, 2 da Tesalonicenses 2:13, Hebreos 13:12, 1ra Pedro 1:2).

Creemos que: La ordenanza de la Santa Cena, es un mandamiento de nuestro Señor Jesucristo, en la cual hacemos memoria de su muerte y resurrección. Es estrictamente limitada a los creyentes en Jesucristo (1ra Corintios 11:27).

Creemos que: La sanidad divina es obrada por el poder de Dios a través de la oración de fe y por la imposición de manos (Marcos 16:18, Santiago 5:14-15).

Creemos: En la resurrección tanto de los salvos como de los perdidos; los salvos para resurrección de vida eterna, y los perdidos para resurrección de condenación y castigo eternos. (1 Corintios 15:51-57; Apocalipsis 20:11-15).

Creemos que: La Biblia presenta la venida de Cristo como personal e inminente.

Creemos que: El que muere físicamente en su pecado, y sin tener a Cristo en su corazón, no tiene esperanza y estará perdido eternamente en el lago de fuego, y por lo tanto, no tiene más oportunidad de oír el evangelio o de arrepentirse (Mateo 25:41-46, Hebreos 9:27)

Creemos que: El plan de Dios para la sexualidad humana se expresa únicamente dentro del contexto del matrimonio, y que Dios creó al hombre y la mujer como personas biológicas únicas hechas para completar el uno al otro. Dios instituyó el matrimonio monógamo, constituido por la unión entre un hombre (nacido varón) y una mujer (nacida hembra). (Génesis 2:18-24) Por esta razón creemos que el matrimonio es exclusivamente la unión de un varón genético y una mujer genética. (Génesis 2:24;
Mateo 19:5-6; Marcos 10:6-9; Romanos 1:26-27; 1 Corintios 6:9).

Creemos: En la unidad espiritual de los creyentes en el Señor Jesucristo, y que todos los verdaderos creyentes son miembros de su cuerpo: la Iglesia. (1 Corintios 12:12, 27; Efesios 1:22-23).

Creemos que: El ministerio de evangelismo y discipulado es una responsabilidad de todos los seguidores de Jesucristo. (Mateo 28:18-20; Hechos 1:8; Romanos 10:9-15; 1 Pedro 3:15.4)

Creemos que: Nos debemos dedicar a la oración, al servicio a nuestro Señor, a su autoridad sobre nuestras vidas, y al ministerio del evangelismo. (Mateo 9:35-38; 22:37-39, y 28:18-20; Hechos 1:8; Romanos 10:9-15 y 12:20-21; Gálatas 6:10; Colosenses 2:6-10; 1 Pedro 3:15).

Creemos que: La vida humana es sagrada desde su concepción hasta su final natural, y que debemos preocuparnos por las necesidades físicas y espirituales de nuestros semejantes. (Salmo 139:13; Isaías 49:1; Jeremías 1:5; Mateo 22:37-39; Romanos 12:20-21; Gálatas 6:10)